
Tras 140 años de servicio humanitario, Cruz Roja Costarricense afronta crisis financiera que amenaza su operación nacional
- La institución cada año cierra con déficit financiero.
- Este 2025 el déficit corresponde a más de ₡1.700 millones que compromete la sostenibilidad de sus operaciones en todo el territorio nacional.
- Muchos comités auxiliares operan con déficit financiero.
La Cruz Roja Costarricense atraviesa una de las crisis económicas más críticas. El incremento sostenido en la cantidad y complejidad de las emergencias que se atienden en todo el territorio nacional, como lo es en el caso de los incidentes violentos y los accidentes de tránsito, no ha venido acompañado de un aumento equivalente en los ingresos económicos, generando un déficit financiero que amenaza la continuidad de los servicios humanitarios.
Este problema no es del 2025, sino que responde a la suma de muchos años sin financiamiento estable y suficiente para sostener las operaciones a lo largo y ancho del país. Principalmente después de la pandemia, donde se marca un antes y un después en la situación financiera.
La Cruz Roja no es una institución pública, sino una organización privada sin fines de lucro. Es la institución de primera respuesta que menor presupuesto tiene, sin embargo, es la segunda que atiende la mayor cantidad de incidentes diariamente, para una respuesta total a más de medio millón de emergencias cada año.
Adicionalmente, el 60% de nuestros ingresos proviene de fuentes autogeneradas, es decir, de la venta de bienes y servicios. Todos los fondos que recibimos son dedicados a la labor humanitaria que se realiza, y nuestros recursos, tanto públicos como privados, son administrados y auditados con absoluta transparencia.
Actualmente, se proyecta un déficit financiero de ₡1.700 millones al cierre de este año, cifra que compromete la sostenibilidad del servicio en el mediano plazo y amenaza con dejar sin atención a miles de personas en distintas regiones del país. Esta situación de déficit financiero se ha presentado de forma sostenida durante los últimos años.
La Cruz Roja Costarricense cuenta con 133 sedes que operan gracias al valioso trabajo de más de 6.500 cruzrojistas, entre voluntariado y personal asalariado, así como con una flota de 700 vehículos disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, durante todo el año en todo el territorio nacional.
Sin embargo, muchos de estos comités auxiliares enfrentan un déficit financiero crítico, situación que impacta directamente la operación institucional y pone en riesgo la continuidad de los servicios en comunidades como Desamparados, Curridabat, Coronado, Escazú, Montes de Oca y el Comité Metropolitano en San José; La Virgen de Sarapiquí, Santo Domingo, San Isidro, San Rafael, San Antonio de Belén en Heredia; Barranca, Parrita y Jacó en Puntarenas; Nicoya, Santa Cruz, Hojancha y Belén de Carrillo en Guanacaste; entre muchas otras.
Respecto a la transparencia y responsabilidad en la administración de fondos públicos, todos los recursos que recibe la institución son auditados por el Ministerio de Salud ente rector en materia de salud, adicional se presentan informes a la Contraloría General de la República y a la Comisión Permanente Especial para el Control del Ingreso y el Gasto Público de la Asamblea Legislativa. Además, la institución rinde informes a los ministerios correspondientes, a la Junta de Protección Social y a otras entidades que le otorgan recursos estatales.
En materia de administración financiera, la Cruz Roja Costarricense elabora y presenta sus estados financieros conforme a las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Además, cuenta con un Departamento de Auditoría Interna y una firma de Auditoría Externa independiente, la cual emite su opinión sobre los Estados Financieros Consolidados, lo que garantiza la transparencia y la correcta gestión de los fondos públicos y propios.
Ante este panorama, la institución realiza un llamado respetuoso a las autoridades del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo, para que aprueben y transfieran los ₡1.500 millones de colones del presupuesto 2026, que sin duda, vendrían a contribuir en el desarrollo de nuestra labor humanitaria, más no a solucionar el problema financiero que se enfrenta.
De no concretarse la transferencia de estos fondos públicos, tal como ocurrió en este año 2025, en el que a la fecha seguimos sin recibir los recursos aprobados a favor de la Benemérita Cruz Roja Costarricense, la ya compleja situación financiera se verá agravada aún más, poniendo en riesgo el servicio de ambulancia que brindamos a las comunidades como parte de nuestro rol auxiliar.
Aunado a lo anterior, se han estado afrontado dificultades relacionadas con la transferencia de fondos públicos debido a la aplicación de la Ley para el Fortalecimiento de las finanzas públicas N.º 9635, lo cual ha ocasionado que la institución reciba montos inferiores a los establecidos originalmente en las leyes que nos brindan financiamiento.
Hoy más que nunca, la Benemérita necesita del apoyo de todos para asegurar la continuidad de los servicios de emergencia, rescate y asistencia humanitaria que la Cruz Roja Costarricense brinda a toda la población de manera gratuita desde hace más de 140 años.
Walter Fallas, Gerente General de la Cruz Roja Costarricense.




